“Las redes sociales están inundadas de noticias e informaciones falsas. En el mes de marzo, por citar un ejemplo, Facebook ubicó 40 millones de noticias con contenidos falsos relacionadas con la pandemia del coronavirus”
Este miércoles 6 de mayo, se conmemoró el «Día Mundial de la Libertad de Prensa». El evento que fue recordado por muchos comunicadores, organizaciones de periodistas, incluso la oficina de la UNESCO en México y el Tec de Monterrey realizaron un seminario virtual en donde se habló de la Pandemia, la Democracia y los Derechos Humanos, como los nuevos retos en el periodismo.
El tema en común que dominó el «Día Mundial de la Libertad de Prensa» fue La «Infodemia», que es la información falsa y mentirosa que ha surgido en plataformas digitales a la par de la Pandemia del Covid-19, que confunden y desinforman y que obliga a los periodistas a ayudar a ver la luz de la verdad en este turbulento mundo de la desinformación.
La «Infodemia», incluso fue tema en la conferencia Mañanera del Presidente López Obrador y que abordado por el comunicólogo Jenaro Villamil, Director del Sistema Público de Radiodifusión de la 4T, aunque de una forma sesgada y oficiosa. Al gobierno federal le preocupa la información negativa que se genera y se publica en su contra; la encasilla como «noticias falsas» y ve a la «Infodemia» desde un lado convenenciero; es decir, si es una crítica, la considera como mentira que le quiere dañar.
Las redes sociales están inundadas de noticias e informaciones falsas. En el mes de marzo, por citar un ejemplo, Facebook ubicó 40 millones de noticias con contenidos falsos relacionadas con la pandemia del coronavirus. Igual se detectaron usuarios promoviéndolas, algunas veces por ignorancia y otras ocasiones por así convenir a sus intereses. De ahí subrayar la importancia del trabajo del periodista, que mediante métodos científicos de comprobación, checa y verifica los contenidos para luego publicarlos.
El periodista en los tiempos de la Pandemia y la «Infodemia», enfrenta el reto de informar, mediante la comprobación de las noticias, que la información que se está generando sea cierta y no falsa. Pero también el periodista que está en la primera lìnea de la pandemia, está expuesto al contagio bajo medidas de seguridad mínimas.
Guilherme Canela, comunicólogo de la UNESCO, citaba del alto compromiso de los periodistas en la cobertura de esta emergencia sanitaria, «al periodista no solo le toca investigar los hechos que están ocurriendo y verificarlos, sino que está en riesgo su salud».
Y agregaba:
«Aparte de vigilar que las layes y decretos que están expidiendo los gobiernos en áreas del confinamiento y el distanciamiento social, están violando los derechos ciudadanos. El periodista es objeto de abusos y violencia de parte del gobierno, la policía y del mismo público que no entiende la naturaleza de esta profesión».
La seguridad laboral de los periodistas en esta cuarentena, se ha perdido. Muchos han sido despedidos y otros han visto reducidos sus salarios abajo del 50 por ciento. Las empresas de comunicación enfrentan por el Covid-19 un escenario de extinción. La publicidad comercial y oficial es nula.
Jeff Jarvis, periodista y Director del Centro Tow-Knight en la Escuela Craig Newmark de Periodismo de la Universidad de la Ciudad de Nueva York, es lapidario cuando habla del futuro de los medios tras esta pandemia:
«El negocio de los medios ya estaba en llamas, y la Covid-19 le arrojó gasolina».
En esta crisis mundial de salud atípica, la sociedad debe decidir si se queda con la «Infodemia» y se ahoga en medio de las noticias falsas alrededor de la pandemia, o da crédito a la prensa que publica noticias basadas en la comprobación.
La sociedad necesita una prensa independiente para estar informada sin mentiras, y como subraya Guilherme Canela, «no hay salida de esta crisis informativa provocada por la pandemia, sin una prensa libre».
Hoy, la prensa y los periodistas, están ante la oportunidad de reconciliarse con las sociedad y restaurar su credibilidad ante las audiencias.