- Entre vecinos se sientan infinidad de anécdotas que se registraron dentro del hospital
- Se desconoce si las historias han sido alimentadas por el imaginario colectivo
- Solo 50 años dio servicio el hospital que en sus inicios se llamó Hospital San Sebastián
Frase
“Aquí se habla de que en la noche ven enfermeras vestidas de blanco, como en toda leyenda, de color blanco; pero lo que a mí me consta es que se escuchan ruidos y a plena luz del día”.
Arturo Fuentes
Empleado de Servicios Públicos
- Actualmente el departamento de Limpieza Pública del Ayuntamiento de Tampico guarda sus herramientas de trabajo.
- Hace algunos años, gente de la calle habitaba algunos de los cuartos.
- La parte baja era ocupada por oficinas de la Fiscalía General de Justicia.
- Desde hace décadas el lugar luce tétrico y con mal olor.
El antiguo Hospital Tampico fue creado en 1934, en sus primeros años llevaría el nombre de hospital de San Sebastián y que se terminaría por llamar Hospital Civil simplemente.
Se ubica en la misma manzana donde hoy se conoce como edificio del antiguo Hospital Civil Carlos Canseco; entre Altamira, Emilio Carranza, Dr. Alfonso G. Alarcón y Dr. Carlos Canseco.
Al día de hoy, hay muy poca actividad, y es que, algunas áreas son ocupadas por trabajadores de servicios públicos, tienen una recepción y guardan sus instrumentos de trabajo.
Vecinos de este inmueble afirman que el edificio cobra vida por la noche, aunque nadie está.
La señora, Flor Ma. Díaz Sagahón de 52 años platica que toda su vida ha vivido en la zona centro, desde pequeña escuchaba muchas leyendas acerca del Hospital, en donde se escuchaban ruidos, golpeteos, e incluso risas.
“La verdad se oyen muchas cosas, sobre todo en mi juventud me gustaba juntarme con los de la cuadra, ya sabes, cosas de adolescentes, y en estas fechas es cuando más sonaban las leyendas, de que había niños corriendo, enfermeras, pero decidimos explorar por nuestra cuenta”, dijo entre risas.
“Ingresamos de noche porque así lo decidimos, nos creíamos valientes, solo unas lámparas, éramos 5 personas, estaba oscuro, olía muy mal, desde ahí era tétrico, pero apenas nos metimos a uno de los edificios y se oyó como cayó algo, no soportamos y nos salimos”.
Reconoció que fue la primera y última vez que estuvo al interior de las instalaciones, pero entre vecinos se cuentan infinidad de anécdotas.
Por otra parte, el trabajador de Servicios Públicos, Arturo Fuentes de la Cruz dijo que algunas áreas del gigante edificio están limpias, es decir, en su momento tuvieron que hacer el aseo.
“Aquí se habla de que en la noche ven enfermeras vestidas de blanco, como en toda leyenda, de color blanco; pero lo que a mí me consta es que se escuchan ruidos y a plena luz del día”.
Desconoce de dónde vienen o que los originan, porque hay gatos, palomas, y fragmentos de concreto que se caen y al estar vacío genera eco.
Dijo que, cada uno se imagina lo que quiere y pese a no ser temeroso prefiere encomendarse a dios, “por sí las dudas, es mejor no retar a un alma en pena”.
Esa fue la primera vez que oyó algo, pero hay momentos en que siente una “vibra” pesada que ronda en el lugar y no es descabellado pensar que exista, ya que fue un Hospital en donde murió mucha gente.
“Decir que murió mucha gente no significa que los mataron, eso que quede claro, a lo que voy es que, muchas personas murieron por diferentes cuestiones y claro que puede haber un alma recorriendo los pasillos, eso provoca que esté denso el ambiente por ratos, es mi teoría”.
De acuerdo al cronista, José Picazo durante 1990 al 2010 los bajos del edificio fueron ocupados parcialmente por oficinas de la Procuraduría General de Justicia, sobre la calle Dr. Alfonso G. Alarcón.
Sobre la misma vialidad, se instaló el velatorio y crematorio del DIF municipal, en los noventa también se instaló en el edificio el llamado Comedor Guadalupano, en el que personas altruistas ofrecían asistencia a desempleados, ancianos o enfermos.
“En 2007, se lanzó la consulta pública ‘Qué quieres Tampico’ para conocer la opinión de los ciudadanos respecto a los usos deseados para el inmueble que ha pasado décadas en el abandono”.
Cabe señalar que, en los pisos superiores llegaron a habitar indigentes, lo cual contribuyó a crear una imagen de suciedad y abandono.
Javier Cortés/ Expreso-La Razón