De acuerdo con estimaciones elaboradas por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo (Coneval) el 19.2% de la población estudiantil presenta rezago educativo, este refleja un aumento de 0.2 puntos porcentuales al inicio de la pandemia.
Además, nuestro país se sitúa en el séptimo lugar con más jóvenes “ninis” en la lista de países integrados por la OCDE, esto es que 2 de cada 10 jóvenes (20.9%) de entre 14 y 28 años no cursan ningún nivel educativo y tampoco están activos en alguna actividad económica.
La brecha del nivel educativo se incrementó en el país y la deserción escolar pegó, principalmente, en las instituciones educativas privadas, las cuales registran una disminución del 30% de su matrícula y no han logrado recuperar el alumnado.
“Sufrimos una alta reducción de la matrícula, se redujo en un 30%, si antes teníamos 150 en cada nivel escolar, hoy andamos en los 100 aproximadamente, de esos el 50% están becados, nosotros como escuela hemos buscado contribuir y apoyar a las familias para que tengan un acceso a una educación de calidad”, reveló Carlos Moreno, director de secundaria del Instituto Juárez Lincoln.
De acuerdo con datos del Banco Mundial, el rezago educativo en México provocado por la pandemia de Covid-19, fue precisamente de 2 años de escolaridad y se estima que alrededor de 628 mil niñas, niños y jóvenes de entre 6 y 17 años suspendieron su educación.
“Hemos estado platicando con muchas otras escuelas alrededor de la República Mexicana y de la zona sur, hemos notado un evidente rezago en el nivel académico de los alumnos, sin embargo, nosotros como institución hemos adoptado diferentes medidas para contribuir en la reducción de este rezago, acabamos invertir en infraestructura tecnológica en plataformas digitales para una mejor comunicación con los alumnos y un seguimiento puntual con los padres de familia”.
El académico dijo que esta situación se sigue replicando en las escuelas del país y no es una situación exclusiva de la zona conurbada, por lo que se han enfocado en recuperar el nivel.
“Este primer trimestre del ciclo escolar lo ocupamos en reforzar conocimientos, porque si bien las clases en línea fueron un fenómeno, para los diferentes sectores la brecha de conocimiento fue muy evidente, los que se fueron en sexto de primaria ahora están en tercero de secundaria, hay que reforzar mucho el conocimiento, el pensamiento lógico-matemático y la expresión verbal y oral”, apuntó.
Para mantener su matrícula, las escuelas privadas han tenido que implementar estrategias como aumentar el número y los porcentajes de becas, sin embargo, deben generar ingresos con otro tipo de actividades.
“Hay jóvenes que tienen la beca total, otros beca parcial, y depende en muchos de los casos de la situación económica de sus familias, para los que pagan la matrícula completa no hemos aumentado el costo desde 2017, este año tenemos una inflación de más del 10% y nuestra decisión ha sido mantener los costos para facilitar el pago de las colegiaturas”, apuntó.
Reconoció que la situación económica en el país les ha impedido recuperar completamente su matrícula a los niveles que tenían previo a la pandemia.
“No nos hemos recuperado al 100%, no somos como una empresa, sino que abrimos el ciclo escolar y nos mantenemos con el mismo número de alumnos durante todo el año, estamos atrayendo alumnos, atrayendo talento, pero sí estamos en esfuerzo por recuperar la matrícula”.
En México se estima que en los últimos dos años, la deserción escolar a nivel primaria fue de 1.5 millones de estudiantes tanto de escuelas privadas como públicas, que se sumaron a los 35 millones de mexicanos de más de 15 años que no han terminado su educación básica, según la Asociación Nacional de Escuelas Particulares (ANEP).
Los colegios privados, en la estimación nacional, perdieron un 35% de la matrícula escolar, e iniciaron el ciclo 2022-2023 con menos ingresos y mayores costos operativos, sin poder aumentar tarifas al ritmo de la inflación ante la golpeada economía de las familias.
Omar Reyes
Expreso-La Razón